Hola corazones, hoy os comparto un párrafo de mi libro Mi regreso a casa con la enfermedad como camino, en el que hablo sobre Reiki: Reiki y el libro Mi regreso a Casa de Gloria Pérez

Texto sacado del libro Mi regreso a casa con la enfermedad como camino, de la escritora Gloria Pérez:

Página 31 del libro, Mi regreso a casa, de la escritora Gloria Pérez

Texto sacado del libro Mi regreso a casa con la enfermedad como camino
Reiki y el libro mi regreso a casa

¿Qué es esto? REIKI

Gracias al maestro Mikao Usui

También en el 2.007 (hoy sé que no por casualidad, porque ya todos somos conscientes de que NO HAY CASUALIDADES, sino CAUSALIDADES), tras ver un cartel anunciando un curso de Reiki en Vigo, decido incorporar esta técnica a mi experiencia personal. Me inicio en Reiki, como acabo de decir, en el 2.007 para, posteriormente, hacer un curso de segundo nivel, unos meses después.

La experiencia no me pasó del todo inadvertida pues tuve mi primer contacto con la meditación. En ella podía ver una luz azul índigo cada vez que lo hacía. Pude ayudarme con esta técnica para conectar más con mi ser interior, para conocerme mejor, ayudada también por las esencias florales que yo misma me preparaba. Pero creo que no era todavía el momento. El alumno no estaba del todo preparado para que apareciera el maestro del Reiki en su vida. Dejé pasar la oportunidad de que esta maravillosa técnica se incorporase a las terapias que utilizaba en consulta con mis pacientes.

Esta oportunidad no tardó en volver a presentárseme.  Allá por Diciembre del 2.010, cuando el gusano ya se estaba trasformando en mariposa, HOY ASI LO SÉ Y LO SIENTO, acudí a una conferencia en mi pueblo sobre Reiki. Conferencia que impartía el que más tarde fue mi maestro, DAVID. En ese lugar y en ese instante así lo sentí. Sentí que esa persona y esa técnica iban a tener mucho que ver en mi evolución.

Tras la maravillosa conferencia que impartió este chico decidí llamarlo y decirle que deseaba hablar con él para abordar el tema de volver a iniciarme en Reiki. Quedamos en su consulta días más tarde; entablamos una charla muy amena y enriquecedora, en la cual  hablé por primera vez con una persona fuera de mi círculo familiar acerca de lo que me estaba ocurriendo a lo largo de esos meses con los maravillosos números 11.11, y de mi gran anhelo personal.

“PODER AYUDAR A LAS PERSONAS CON ESCLEROSIS MÚLTIPLE Y CON CUALQUIER ENFERMEDAD CRÓNICA creando un centro en el cual pudiéramos socorrerles y darles a conocer todo lo que el Universo tuvo a bien poner en mi camino para descubrir el mensaje que me quería dar mi cuerpo con esta enfermedad.”

Libros de la escritora Gloria Pérez
Libros de la escritora Gloria Pérez

Recuerdo como si fuese hoy mismo este encuentro por lo que en él le conté y por lo que David me dijo en aquel momento. Me dijo que me tumbara en la camilla para comprobar como me encontraba energéticamente, así como el estado de mis chakras. Mientras permanecía tumbada hacía pasar un péndulo por mi campo áurico, y cada vez que éste cruzaba un chakra, hacía un comentario:

  • ¿Qué te pasa con lo material?
  • ¿Qué ocurre en tu relación de pareja?…

Y cuando llegó al chakra corazón dijo una frase que un par de meses después volví a oír en boca de otro ser maravilloso que entró en mi vida:

  • ¡Joder, Gloria, tienes un corazón tan grande que no te cabe dentro!..

Al acabar el encuentro nos fundimos en un abrazo que me dio a conocer que aquel ser iba a tener que ver mucho en mi camino…

En Febrero del 2.011 me inicio en primer nivel de Reiki por segunda vez, en esta ocasión con dos maestros muy enriquecedores, con los cuales he vivido reveladoras experiencias, DAVID Y REBE; una pareja de maestros de Reiki que, en la actualidad, siguen iniciando a numerosas personas.

En este caso la iniciación del primer nivel la recibo de Rebe, en una ceremonia individual de unos 15 o 20 minutos en los cuales ella advirtió y dijo muchas cosas que, si bien en su momento no alcancé a comprender, hoy empiezo a encontrarle significado…

Una de las frases que dijo en aquel momento fue:

  • “Gloria, vas a tener muchos regalos del Universo”. “El día que seas capaz de traspasar el velo nos vas a iluminar a todos…”

Esos dos días de curso fueron muy intensos. Hubo muchos momentos vigorosos, muchas emociones, muchos sentimientos…

Recuerdo especialmente una práctica que estábamos haciendo en círculo, todos sentados y cogidos de la mano. Yo tenía a mi derecha a Rebe y a mi izquierda a mi Ángel. En ese momento Rebe nos dice que le enviemos amor a las personas que teníamos cogidas de la mano y, como yo soy muy bien mandada y no me cuesta nada dar amor, así lo hice.

Rebe, al acabar, me comentó:

  • “¡Joder!, Gloria, te dije que enviaras amor pero nos acabas de barrer a todos…

Esa fue la primera vez que me di cuenta de que con la intención podemos hacer muchas cosas y más si éstas salen del corazón. No hay distancia para la energía, no entiende de barreras. Es una   maravillosa energía aquella con la que estamos hechos y no sabe de barreras, de tiempo, ni de distancias. Se puede enviar sin tener que recurrir a los medios de comunicación de tercera dimensión.

  • Verdad, Alejandro: ¿recuerdas aquel día en el que a través de facebook te envié amor? Tú, al día siguiente, me dijiste que lo habías recibido, que lo habías sentido. Claro que sí, amigo, porque aquel día yo sentí lo mismo que sentí el día en que Rebe me dijo “envía amor”. Vi esa luz rosa claro que, gracias a Dios, me es tan fácil de invocar hoy en día.”

CURIOSO; HOY SÉ QUE ÉSTE ES UNO DE LOS REGALOS DE LOS QUE HABLÓ REBE EN LA INICIACIÓN, regalos grandiosos, no materiales de tercera dimensión, sino regalos DEL CORAZÓN…

Pasados dos meses escasos, ya que yo no tenía que esperar mucho más pues ya había hecho los dos niveles de Reiki en el 2.007, me inicio en el segundo nivel. Esta vez la experiencia fue todavía más sorprendente que la del primero. En este nuevo nivel, cuando fui iniciada, en esta ocasión por David, éste me habló por primera vez de una vida pasada. Me comentó que durante la ceremonia había visto una monja gordita y bonachona, y que esta monja había sido yo en una vida anterior…

Lo más sorprendente ocurrió la tarde del domingo. A lo largo de ella estuvimos haciendo prácticas con Rebe tratando de enviar energía a distancia. Durante una de ellas, en el momento en el que me correspondía recibirla de mis compañeros, me hice la loquita y actué como si no fuera conmigo la cosa, pues uno de mis problemillas es que me costaba mucho recibir, y que me escurría siempre que podía para no hacerlo.

Al final de la tarde realizamos una práctica en la que situamos en círculo dos grupos de seis personas, cada una de las cuales enviaba energía a un miembro del otro grupo. Mas, como éramos 13, una quedaba sin oponente. Rebe decidió:

  • A Gloria se la envío yo, para encargarme de que la reciba.

Tan pronto como dio comienzo la práctica empezaron a ocurrir cosas sorprendentes. De repente escuché un coro de ángeles, una música angelical como no había oído nunca y que parecía que tan sólo podía oír yo, pues mis compañeros no la percibían.

Automáticamente me encuentro entonces como en otra dimensión, notando en el interior del vientre el latido intenso de un corazón. Al poner las manos sobre él noté como si tuviera un bebé dentro (Rebe estaba embarazada….). Y sentí como si su bebé  se encontrara en mi interior, invadiéndome una ternura inmensa que no tardó en transformarse en otra emoción completamente distinta. De repente comenzó a invadirme un sentimiento de culpa, llegándome imágenes de mi hijo Mario. Y esta sensación de culpa era como una energía densa que ascendía por mi columna hasta llegarme a la garganta. De improviso me hallé gritando y llorando.  Mis compañeros no tardaron en acudir a abrazarme y a colmarme de amor y de atenciones…

Inmediatamente dimos por finalizado el curso y nos dispusimos a irnos. Yo muy, pero que muy cansada, me despedí rápidamente de todos y subí al coche con intención de volver a casa.

Camino de la misma, a lo largo de los 20 kilómetros aproximados de distancia, me notaba muy cansada y con unas sensaciones físicas en las piernas semejantes a las que había tenido durante los brotes de esclerosis.

Al llegar al domicilio comuniqué a mi hijo que no me encontraba bien, y que me iba a acostar. Lo hice inmediatamente, y así dio comienzo una noche inolvidable, una noche difícil de explicar y de contar pero que voy a intentar reflejar tal como creo que sentí que había ocurrido…

Lo podría resumir:

COMO UNA NOCHE DE INSOMNIO A CAUSA DE LA ACTIVIDAD QUE SE PRODUJO ALREDEDOR DE MI CAMA…

Tuve la sensación de no haber dormido durante toda la noche, y que daba vueltas en la cama de un lado para otro. Pero, lo curioso fue que no se me ocurría levantarme ni abrir los ojos. Recuerdo que me vinieron a la mente muchos acontecimientos de la niñez, (cosa extraña en mí, pues mi mente no me permite recordar mucho sobre la infancia, como si todo permaneciera oculto en el subconsciente…). De repente me dolía mucho el vientre, a la vez que notaba como si me estuviesen sanando o enviando energía a dicha zona, y los dolores cedían… Recordaba también los miedos que tenía de pequeña, volvía a sentir presencias y a tranquilizarme…

Los miedos iban y venían. Inesperadamente percibo un aroma, un olor conocido: ¡ohhhh!, sorprendente; era el olor de la colonia de Rebe, mi maestra de Reiki. Me invadió entonces una paz tremenda, una tranquilidadddddd…

En ese momento noté como dos bandazos, como dos ráfagas, como si me sacaran y me metieran en el cuerpo dos veces, y quedo plácidamente dormida en cama…

A la mañana siguiente, tan pronto como desperté, lo primero que hice fue recordar que me había dejado olvidados los apuntes del curso en el centro de Rebe, en Vigo. Cogí el teléfono y la llamé:

  • Hola, Rebe.
  • Hola, Gloria, ¿qué tal estás?
  • Muy, muy, cansada. Como si me hubiese pasado un camión por encima…
  • No me extraña, Gloria, puesto que la noche ha sido movidita…
  • Ya, cariño, y tú lo sabes ya que estuviste conmigo. Sentí tu colonia…
  • Sí, Gloria, estuve allí, contigo…

Quedé perpleja, y ya no quise preguntar mucho más. Creo que, en el fondo, también estaba algo enfadada pues, en el curso nos habían enseñado que cuando le envías energía a distancia a otra persona, debes de pedirle permiso.  Por eso me preguntaba:

  • ¿Quién me pidió permiso a mí para entrar en mi habitación…?

No quise hacer más interpelaciones y me despedí…

Pasados unos meses, cuando ya estaba más tranquila, tras otros  acontecimientos … sigue leyendo, adquiere el libro aquí

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